El proyecto

El reto del proyecto

Costa Rica busca ser uno de los primeros países en alcanzar las Metas Aichi (2020) establecidas en la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD). Para lograrlo, el país cuenta con tres herramientas: La Estrategia Nacional de Biodiversidad, el Plan de Acción para la Adaptación de la Biodiversidad al Cambio Climático y el Programa Nacional de Corredores Biológicos (PNCB). 

Para que el PNCB consiga promocionar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad como medio para cumplir metas internacionales, el Ministerio de Ambiente, Energía, Agua y Mares (MINAE) y el Sistema Nacional de Conservación (SINAC) crean espacios de diálogo y facilitan los procesos entre los actores que participan en el manejo de los corredores biológicos, con el fin de institucionalizar los procedimientos de gobernanza en la planificación e implementación de medidas de gestión territorial en los corredores. 

En esta línea, las instituciones públicas, sociedad civil y el sector privado involucrados en la gestión de los Corredores Biológicos, requieren fortalecer sus capacidades para poder asumir su respectivo rol en la gestión compartida de los corredores.

La implementación de conceptos de gestión territorial integrada dependerá de los recursos financieros disponibles, para lo que se deberán crear fuentes de ingreso alternativas, mecanismos financieros innovadores e incentivos económicos para que los actores locales reduzcan las presiones sobre los recursos naturales y la biodiversidad, y logren al mismo tiempo, una transición a sistemas de producción sostenibles y económicamente atractivos. 

El objetivo del proyecto

El objetivo principal es fortalecer las capacidades para el uso sostenible de la biodiversidad y así asegurar la provisión de los servicios ecosistémicos en los Corredores Biológicos de Costa Rica. 

El proyecto trabaja de forma priorizada en 15 corredores biológicos.

Bio

Bosque en conservación en el Corredor Biológico Peninsular en Guancaste. Foto: GIZ

El enfoque del proyecto

El proyecto apoya al SINAC, gobiernos locales, sector privado, cámaras y la sociedad civil en la formulación de planes estratégicos para la gestión de corredores biológicos y otras redes de conectividad entre áreas silvestres protegidas y ecosistemas claves.

A través de procesos participativos y espacios de concertación social, se fomenta la creación de plataformas de diálogo y se fortalecen los comités locales en sus roles y tareas, entre ellas el definir y coordinar acciones para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad y recursos naturales en los Corredores Biológicos desde una perspectiva ecosistémica.

La iniciativa promueve, en coordinación con sus socios, medidas para el manejo de los Corredores Biológicos, por lo que se brinda apoyo a las asociaciones locales en los procesos de transformación de los sistemas productivos “tradicionales” hacia “orgánicos”, así como la implementación de proyectos de restauración ecológica y reforestación.

La instalación de sistemas de incentivos y mecanismos financieros locales (tarifas, compensación, pagos por servicios ecosistémicos, etc.) asegura en el largo plazo el financiamiento de las medidas y la implementación de los planes estratégicos. 

Además, la creación de alianzas estratégicas en los niveles nacional y local promueve la participación y el compromiso de una amplia gama de instituciones y organizaciones en lograr los objetivos del país.